domingo, 19 de junio de 2011

Poema de los dones - Jorge Luis Borges

Borges fue elegido, en 1955, director de la Biblioteca Nacional de la República Argentina, cargo que desempeñó durante dieciocho años. Comprender, en ese mismo año, que se profundizaba el proceso ineludible hacia la ceguera, fue percibido por Borges como una contradicción del destino. Él mismo lo relató en una conferencia dos décadas más tarde: «Poco a poco fui comprendiendo la extraña ironía de los hechos. Yo siempre me había imaginado el Paraíso bajo la especie de una biblioteca. Ahí estaba yo. Era, de algún modo, el centro de novecientos mil volúmenes en diversos idiomas. Comprobé que apenas podía descifrar las carátulas y los lomos. Entonces escribí el Poema de los dones».

Poema de los dones

Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.


De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden


las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.


De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.


Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.


Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.


Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.


Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.


¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?


Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.

jueves, 16 de junio de 2011

Jorge Luis Borges, precursor de Internet

De: http://america.infobae.com/notas/27236-Jorge-Luis-Borges-precursor-de-Internet

Varios estudiosos de la literatura coinciden en afirmar que el escritor argentino fue un visionario del mundo virtual. Cy-Borges y Borges 2.0 son los títulos de algunos de los trabajos que exponen esta tesis

No se trata de un planteo nuevo, pero llama la atención la unanimidad. El diario españolABC recordaba, ya en el año 2008, que el escritor italiano Umberto Eco había sido uno de los primeros en exponer este enfoque. "La insistencia con que el argentino recrea un mundo, más que conocido, devorado por el conocimiento, donde los libros atrapan a sus lectores incluso físicamente, donde se cruzan sin cesar infinidad de datos y donde el saber parece tener vida propia, al margen de los sabios, despierta inmediatasasociaciones con la ciberrealidad actual", decía el periódico, que definía a Borges como un "ciberautor de moda en los Estados Unidos".

Precisamente, por aquella misma época, el diario estadounidense The New York Timespublicaba un artículo de la misma temática titulado "Borges y el futuro previsible".

Cy-Borges es un conjunto de ensayos sobre el tema compilados por la Bucknell University Press. Mientras que Borges 2.0: del texto a los mundos virtuales es el libro de la hispanista Perla Sassón-Henry, profesora de la Academia Naval de los Estados Unidos.

En opinión de todos estos analistas, las obras de Borges, que murió hace 25 años, un 14 de junio, prefiguraron "la realidad virtual, las bibliotecas universales, la lectura infinita e infinitamente personalizada", dijo ABC.

Sin embargo, Borges no puede ser considerado un escritor futurista. Sus relatos se ubican, más bien, en contextos antiguos, decorados de otros tiempos, como un sótano de Buenos Aires donde de pronto aparece una suerte de webcam universal con el objetivo apuntando hacia el universo: el Aleph, "uno de los puntos del espacio que contienen todos los puntos", según la propia definición del genial autor.

Sasson-Herny describe a Borges como "un hombre del mundo antiguo dotado de una visión futurista" y afirma que, con él, cualquier lector puede sentirse más "activo" que con muchos otros escritores.

La reedición de Labyrinths por la estadounidense New Editions incluyó un prólogo deWilliam Gibson, considerado el precursor de la novela cyberpunk y responsable de la difusión de términos como ciberespacio, que hoy son parte del lenguaje cotidiano.

Ironía del destino, o de Dios, fue quitarle la vista a un hombre que vivía rodeado de libros. Condenado a no ver, como Beethoven a no escuchar, Borges se refugió en su memoria y, de hecho, creó su propia red para evitar que la literatura se le escapara y fundó un mundo virtual más grande que el real.

Borges habría sido el primer ciberlector, alguien a quien ya no le basta con leer pasivamente, sino que desea sentirse parte del libro. ¿Qué diría hoy de una red que permite condensar todos los conocimientos y ponerlos en el mismo instante a la disposición de millones? ¿Qué diría de las bibliotecas virtuales y de los libros electrónicos? El universo al alcance de los dedos...

A continuación, un fragmento de El Aleph

"Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Solerlas mismas baldosas que hace treinta años, vi en el zaguán de una casa en Fray Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer de pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemont Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osadura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo"

(Jorge L. Borges, 1949)

miércoles, 8 de junio de 2011

Clapton is God +Tears in heaven

La frase surgió en 1967, cuando un fanático pintó la frase en la pared de la estación Islington del subte de Londres.

 

Los primeros años de la década de los 90 fueron especialmente trágicos para Eric Clapton. El 27 de agosto, su compañero Stevie Ray Vaughan, con el que estaba de gira, y dos de sus técnicos de gira murieron en un accidente de helicóptero durante el traslado entre conciertos. Después, el 20 de marzo de 1991, su hijo Conor, que contaba con cuatro años de edad, murió al caer de un piso 53 de un rascacielos de Nueva York en el que se encontraba con su madre. Su aflicción quedó plasmada en la canción "Tears in Heaven", coescrita con Will Jennings. La canción aparece primero en la banda sonora de la película "Rush" y después en su álbum de 1992 Unplugged, en una versión acústica, por el cual recibió seis premios Grammy, entre ellos el de álbum del año y mejor canción de rock del año.

 





 
Tears in heaven
by eric clapton and will jennings

Would you know my name
If I saw you in heaven?
Would it be the same
If I saw you in heaven?

I must be strong
And carry on,
'Cause I know I don't belong
Here in heaven.

Would you hold my hand
If I saw you in heaven?
Would you help me stand
If I saw you in heaven?

I'll find my way
Through night and day,
'Cause I know I just can't stay
Here in heaven.

Time can bring you down,
Time can bend your knees.
Time can break your heart,
Have you begging please, begging please.

Beyond the door,
There's peace I'm sure,
And I know there'll be no more
Tears in heaven.

Would you know my name
If I saw you in heaven?
Would it be the same
If I saw you in heaven?

I must be strong
And carry on,
'Cause I know I don't belong
Here in heaven.