Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay
años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero
malos no son. Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar
un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de
perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado
nuestros egos y nuestros apegos.
Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido
fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje.
Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de
nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende
sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo,
deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi
voluntad el poder hacerlo. “Ser feliz es una decisión”, no nos
olvidemos de eso.
Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo
para poder construir un buen año 2011/2012 porque todos estamos en el
camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a
esta vida vinimos a tres cosas:
-a aprender a amar
-a dejar huella
-a ser felices
En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es
cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:
1) Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de
crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el
espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. En Chile el
significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual
debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque
eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros. A esta
tierra vinimos a cansarnos, para dormir tenemos siglos después.
2) Valorar la libertad como una forma de vencerme a mi misma y
entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás el
2011/2012 deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos
con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar
más y mejor.
3) El tercer y último punto a cultivar durante el 2011/2012 es el
desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder
esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas
mejores. Este a mi juicio es el gran elemento a educar no sólo el
2011- 2012 sino que durante todo el siglo XXI.
Es dentro de todo este trabajo donde nos debiéramos concentrar en:
a.. Sentarnos en la mesa en familia, mínimo una vez a la semana,
ojala todos los días.
b.. Apagar las pantallas mientras estamos comiendo, no contestar
teléfonos, sentir que los únicos ruidos que se escuchan sean los de
nuestras voces.
c.. Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia,
saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los chóferes
de las micros, sonreír por lo menos una o varias veces al día.
Querernos.
d.. Crear dentro de nuestras casas, hogares. Y para eso tiene que
haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto
desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas, independientes
de los recursos, se están volviendo demasiado perfectas que parece
que nadie puede vivir adentro.
e.. Tengamos contacto con la naturaleza, juguemos, riamos y démonos
el tiempo de compartir con los abuelos, imprimámosle las fotos para
que las vean como a ellos les gusta y disfrutemos de sus sabidurías.
Obliguemos a nuestros hijos a compartir con ellos, así entenderán sus
historias.
f.. Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de
ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tiene que
ver con la inteligencia del nuevo siglo: la inteligencia espiritual.
g.. Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la
conversación, a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a
los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el
calor y el amor dentro de nuestras familias.
Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo
habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los
problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre
alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos
sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos toca.
Este 2º semestre del 2011 vendrá con lo que tenga que venir, todo
será necesario y maravilloso, lo bueno, lo malo, lo bonito y lo feo,
acojámoslo con amor y con gratitud y con el alma abierta a todo lo
que tendremos que aprender de él.