viernes, 27 de abril de 2018

Preservar el derecho de nacer

https://www.lanacion.com.ar/2129477-preservar-el-derecho-de-nacer

A veces resulta difícil ponerse en el lugar del otro, sobre todo cuando ese otro vive en un contexto de desesperación, de soledad, de pobreza no solo material, sino de esperanzas, de posibilidades, de afectos, de educación. Pobrezas que reducen toda libertad. Como médico pediatra, vivo en constante contacto con la alegría ante la llegada de un hijo. Pero también soy testigo de historias difíciles, donde un embarazo es motivo de angustia, desazón e incertidumbre. Las causas pueden ser diversas, historias familiares complejas, falta de recursos, soledad, enfermedad. No me es ajeno ese sufrimiento. Es una realidad, y en ella debemos poner nuestra atención. Para eso lo primero es meternos en los zapatos del otro, dejar de ser jueces, escuchar y abrir el corazón.

Quisiera que juntos pensemos en esa mujer, cualquiera sea su posición social, que confirma la noticia de un embarazo no esperado y que tiene la intención de abortar. ¿Qué piensa? ¿Qué siente? ¿Cómo es el camino que la llevó ahí? Estas preguntas no tienen una sola respuesta, ni siquiera estoy seguro de que tengan alguna. Lo que sí podemos saber es que, con el aborto, la mujer está buscando solucionar algún problema o dolor que, cree, el embarazo no le permite resolver.

Es entonces cuando mi experiencia y muchísimos estudios científicos tienen algo para aportar. En numerosas oportunidades me ha tocado contener y acompañar mujeres que decidieron abortar, y el posaborto es devastador. No conozco ninguna que haya mejorado su calidad de vida después de haber abortado. No hay ningún estudio que demuestre que una mujer mejore su salud emocional luego de abortar, ni siquiera en los casos de violación. Por el contrario, están comprobadas sus secuelas psíquicas (depresión, trastornos de ansiedad, intentos de suicidio, ataques de pánico, entre otros).

Los profesionales que atienden casos de violación saben que una solución violenta profundiza aún más el dolor de la mujer (víctima). Incluso observan que no eliminar el niño permite superar el dolor y valorizarse como mujer. A esto se suma la experiencia de aquellas que, habiendo pasado por un momento de duda, recibieron la contención y la información suficientes como para decidir continuar con el embarazo. He conocido varias y, a pesar de las dificultades, ninguna se arrepiente de no haber abortado. Poco se habla de estos casos, sin embargo su testimonio es de muchísimo valor.

Si de verdad queremos proteger y garantizar los derechos de la mujer, el aborto no es el camino. Vulnerar los derechos de uno en favor de otro nunca es la solución y menos si, a aquella a la que creemos proteger, le dejamos una herida abierta que, probablemente, nunca consiga sanar. El mayor capital que tiene un Estado es humano; las embarazadas y sus niños por nacer son el mayor tesoro de una nación, porque en ellos está el futuro de las generaciones venideras, cuidar de ambos siempre es pensar a futuro.

Como padre, como pediatra y como funcionario trabajo para dejarles un país mejor, donde se defienda a los más indefensos, donde no predomine la cultura de la muerte, donde los más grandes cuidemos a los más pequeños. Sueño con que como argentinos empecemos a trabajar juntos superando las posturas personales para solucionar los verdaderos problemas de nuestra querida nación. Con que cada niño de esta bendita tierra no esté condenado a la pesada herencia de la pobreza de sus padres. Con que todos los niños tengan igualdad de derechos y oportunidades, y los primeros son la oportunidad y el derecho de nacer.

Médico pediatra, Secretario de Salud y Bienestar Familiar de la Municipalidad de San Miguel

Los abortistas engordan las cifras de abortos ilegales en Argentina: como en EEUU y España

http://www.outono.net/elentir/2018/04/23/los-abortistas-engordan-las-cifras-de-abortos-ilegales-en-argentina-como-en-eeuu-y-espana/

Estos días se está debatiendo en Argentina la despenalización del asesinato prenatal. Y para lograrlo, los abortistas están manipulando las estadísticas como ya lo hicieron en otros países.

Cifran entre 460.000 y 600.000 los abortos clandestinos en Argentina

Según los grupos abortistas argentinos, en ese país habría 450.000 abortos clandestinos anuales. Esta cifra apareció en un informe de Amnistía Internacional publicado en septiembre de 2016.Esta organización pide la abolición de la pena de muerte para criminales condenados en todo el mundo mientras reclama la legalización de la pena de muerte para hijos por nacer, que no han cometido delito ni mal alguno, disfrazándola de “derechos sexuales y reproductivos”. Amnistía Internacional apela a un informe elaborado por dos demógrafas en 2005, a petición del Gobierno de Néstor Kirchner. Precisamente ese año el Gobierno argentino se puso a defender el aborto e incluso pidió la renuncia del Obispo Castrense por oponerse a ese crimen. En medio de esa campaña gubernamental para promover la legalización del aborto, se dijo entonces que en Argentina había entre 460.000 y 600.000 abortos clandestinos.

Según esas cifras, en Argentina se abortaría más que en China

Según datos oficiales del propio Gobierno argentino, en 2010 hubo en ese país 756.176 nacimientos. Las citadas estimaciones de entre 460.000 y 600.000 abortos clandestinos resultan claramente exageradas teniendo en cuenta que en 2010 Argentina tenía 40.518.951 habitantes: sería 1 aborto por cada 90 habitantes. Uno de los países más abortistas del mundo, que es China, tenía en 2015 1.371 millones de habitantes y hubo 7,93 millones de abortos, lo que da de media a un aborto por cada 172 habitantes. Es decir, que según las estimaciones abortistas, las argentinas abortarían más que las chinas, viviendo éstas en un país donde el aborto es muy tolerado e incluso se impone por la fuerza a las mujeres que se quedan embarazadas más de una vez. Es más: en 2010 hubo 765.651 abortos en EEUU con una población de 308.745.538 habitantes. Eso da un aborto por cada 403 habitantes, y eso teniendo en cuenta que hablamos de un país donde el aborto es legal e incluso se mata a los hijos por nacer hasta momentos antes del mismo parto.

Un antiguo activista proaborto reconoció la manipulación de cifras en EEUU

El movimiento abortista tenía ya una larga experiencia manipulando cifras. El doctor Bernard Nathanson había colaborado con el lobby abortista estadounidense NARAL Pro-Choice, pero cambió de postura en la década de 1970 hasta convertirse en un activista provida. Entonces reconoció las mentiras que él y otros miembros del lobby proaborto habían creado: conseguimos un apoyo suficiente amañando el número de abortos ilegales que se producían anualmente en EEUU. Esta cifra era de 100.000 aproximadamente, pero la que reiteradamente dimos a los “media” fue de 1.000.000. Y una mentira lo suficientemente reiterada la hace verdad el público“.

Así se manipuló la cifra de abortos clandestinos en España

En España también vivimos una manipulación parecida. En 1977, grupos abortistas afirmaron que en España había 400.000 abortos clandestinos cada año (hay que tener en cuenta que España tenía entonces 36.329.199 habitantes). Sobre esa base, y tras llegar al poder, en 1985 el Partido Socialista despenalizó el aborto en una serie de supuestos que implicaban, de hecho, su legalización. Pues bien: hasta 2006 no se superó la cifra de 100.000 abortos anuales. Y tras la legalización formal del aborto en 2010, también a manos de los socialistas, la estadística llegó a un tope de 118.359 abortos anuales. En 40 años el número de abortos legales en España no se ha acercado siquiera ni a la tercera parte de los que las abortistas afirmaron que se daban de forma clandestina en 1977. A finales de 2017 España tenía 46.549.045 habitantes (diez millones más que en 1977), pero en 2016 hubo 93.131 abortos. Hasta ahora ningún miembro del lobby abortista ha pedido perdón por haber mentido de forma tan descarada para promover una atrocidad como es matar y descuartizar a los hijos por nacer en el vientre materno. La mentira tuvo éxito y eso es lo único que les importa a los grupos de presión abortistas.