Las personas sólo observan los colores del día cuanto éste comienza y cuando éste termina, pero para mi está muy claro que el día se funde a través de una multitud de matices y gamas, en cada momento que pasa. Una sola hora puede consistir en millares de colores diferentes. Amarillo como el de la cera, azules rociados de nubes. Brumosa oscuridad. Se los aviso, por mi actividad.
Del libro “La niña que robaba libros”, de Markus Zusak
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