viernes, 28 de diciembre de 2012

Te deseo - Víctor Hugo


Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.
Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.

Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no
madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: “Esto es mío”.
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus afectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.

¡Ojo con el agua!

jueves, 27 de diciembre de 2012

Perplejidades


‎"Si de algo soy rico es de perplejidades y no de certezas ."


Jorge Luis Borges

miércoles, 26 de diciembre de 2012

La ciencia ignora


"La ciencia no me interesa. Ignora el sueño, el azar, la risa, el sentimiento y la contradicción, cosas que me son preciosas ".

Luis Buñuel

lunes, 17 de diciembre de 2012

No guardes palabras



No guardes palabras, mucho menos sentimientos, tal vez puedas hacer feliz a alguien al decirlos o incluso hacerte feliz a ti mismo.
Aunque aún quedan cosas por expresar, se que con el tiempo las diré.

Bendición irlandesa



Que el camino venga a tu encuentro,

Que el viento sople siempre a tu espalda,
Que el sol te de siempre en la cara,
Que la lluvia caiga lentamente en tu campo
y hasta, que volvamos a vernos...
Que Dios te tenga en la palma de su mano.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Por qué te amo


‎"No sólo te amo por lo que eres, sino por lo que soy yo cuando estoy contigo".

Anónimo.

lunes, 15 de octubre de 2012

Cuando los nazis vinieron por los comunistas ...

De Martin Niemöller

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Nasrudim

Cierta mañana, Nasrudin envolvió un huevo en un pañuelo, se fue al centro de la plaza de su ciudad y llamó a los que pasaban por allí:

- ¡Hoy tendremos un importante concurso! - dijo - ¡quien descubra lo que está envuelto en este pañuelo recibirá de regalo el huevo que está dentro!.
 
Las personas se miraron, intrigadas.
Nasrudin insistió: 
- Lo que está en este pañuelo tiene un centro que es amarillo como una yema, rodeado de un líquido del color de la clara, que a su vez está contenido dentro de una cáscara que se rompe fácilmente. Es un símbolo de fertilidad y nos recuerda a los pájaros que vuelan hacia sus nidos. Entonces, ¿quién puede decirme lo que está escondido? 

Todos los habitantes pensaban que Nasrudin tenía en sus manos un huevo, pero la respuesta era tan obvia que nadie quiso pasar vergüenza delante de los otros. 
Nasrudin preguntó dos veces más y nadie se arriesgó a decir algo impropio. Entonces, abrió el pañuelo y mostró a todos el huevo. 

- Todos vosotros sabíais la respuesta - afirmó - y nadie osó traducirla en palabras. Así es la vida de aquellos que no tienen el valor de arriesgarse: las soluciones nos son dadas generosamente, pero estas personas siempre buscan explicaciones más complicadas, y terminan no haciendo nada. Sólo una cosa convierte en imposible un sueño: el miedo a fracasar.

domingo, 26 de agosto de 2012

De Marcel Proust

A partir de cierta edad, nuestros recuerdos están tan entrecruzados unos con otros, que la cosa en que pensemos, el libro que leamos, apenas tiene importancia. Hemos puesto algo de nosotros en todas partes, todo resulta fecundo, todo es peligroso y se pueden hacer descubrimientos tan precisos en los Pensamientos de Pascal como en un anuncio de jabón.

El valioso tiempo de los maduros

De Mario de Andrade (Poeta, novelista, ensayista y musicólogo brasileño).

“Conté mis años y descubrí, que tengo menos
tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que 
viví hasta ahora....

Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas:
las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas,
comenzó a saborearlas profundamente.

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables,
donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos,
sabiendo que no se va a lograr nada..

Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas
que, a pesar de su edad cronológica,
no han crecido.

Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.

No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.

No tolero a maniobreros y ventajeros.

Me molestan los envidiosos,
que tratan de desacreditar a los más capaces,
para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.

Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera
la lucha por un majestuoso cargo.

Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.

Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.

Quiero la esencia, mi alma tiene prisa....

Sin muchas golosinas en el paquete...

Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos..
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad
y la honradez.

Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón
de las personas….

Gente a quien los golpes duros de la vida,
le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.

Sí….. tengo prisa…
por vivir con la intensidad,
que sólo la madurez puede dar.

Pretendo no desperdiciar
parte alguna de las golosinas que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitas,
que las que hasta ahora he comido.

Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz
con mis seres queridos y con mi conciencia.

Espero que la tuya sea la misma,
porque de cualquier manera
llegarás ...


jueves, 2 de agosto de 2012

Igual que en las escaleras mecánicas–Luis Pescetti

Cuando Dios creó al universo, él era mucho mucho más grande que todo lo que habí­a creado.

Comparado con su creador, el universo era un grano de arena.

Y, aunque en él cupieran tantos y tantos mundos, y cada mundo estuviera lleno de geografí­a o de seres de todas las especies, Dios era aún mucho más grande que todos ellos.

Por eso no podí­a ver tantos detalles.

Creó cosas calientes y cosas frí­as y así­, sin proponérselo, creó los vientos y las corrientes oceánicas. Porque el agua y el aire escapaban de lo frí­o y llenaban lo caliente.

Y, de ese modo, nada estaba quieto en ninguna parte. Los peces viajaban.
Los barcos viajaban.
Y a las personas se les moví­an sus cabellos, se cubrí­an los ojos cuando les entraba arena o polvo, y también viajaban.

Creó lo que tení­a luz y lo que no la tení­a.
Pero no podí­an vivir juntas, y las separó.
Algo daba luz y estaba en una parte, y algo absorbí­a la luz y debí­a estar en otra.
Sin proponérselo, hizo que la luz viajara hacia la oscuridad como un rí­o que va a llenar un pozo.

Y las personas unas veces buscaban la luz para ver lo que hací­an, y otras buscaban la oscuridad para cerrar los ojos y ver lo que soñaban. De ese modo: también viajaban.

Adentro de las personas puso un corazón, uno para cada persona. E hizo que el corazón fuera el encargado de llevar algo así­ como el vino o el fuego que cada uno llevamos dentro. Y, aunque parezca un invento, también le encargó de llevar el aire por dentro de las personas.
El corazón fue, entonces, encargado de llevar el vino, el fuego, y el aire.
Y todo eso viajaba: desde afuera de las personas, hasta adentro de ellas, y luego: viajaba dentro de las personas, recorriéndolas parte por parte. Y luego viajaba saliendo afuera, de todas maneras.

Porque parecí­a que en el universo nada estarí­a quieto nunca.

Si Dios no hubiera creado la distancia y la diferencia no habrí­a nacido el movimiento.

No todo ocurrió por voluntad de Dios, algunas ocurrieron por voluntad de las obras de la voluntad de Dios, porque él era mucho más grande que todo lo que habí­a creado, y no podí­a fijarse en detalles tan pequeños.

Algo que, quizás, tampoco contempló es que los corazones no podí­an moverse, moví­an el vino, el aire y el fuego, pero ellos mismos no tení­an piernas y su alma inquieta también querí­a viajar para conversar con otros corazones (igual que como el aire busca el aire, o el agua busca el agua).

El movimiento que hace que un corazón busque a otro se llama amor. Y a veces dura y a veces no dura.
Es uno de los viajes más extraños que nacieron de la voluntad de las obras de la voluntad de Dios.

El corazón de un niño quiere estar con el corazón de una niña, no una cualquiera sino una en especial. Entonces uno de los dos mueve sus piernas hasta el otro, y las bocas hablan. Así­ se ponen de acuerdo y permanecen juntos para siempre o por un tiempo.

Si pueden viajar permanecen juntos. Si uno provoca que el otro se detenga: deben separarse, porque todo en el mundo viaja.

De modo que en el principio no existí­an caminos ni órbitas. Y cuando todo comenzó a moverse se crearon los caminos y las órbitas.
Hay caminos comunes a todos y hay caminos nuevos. Las órbitas, por lo general, son muy parecidas o cambian muy poco.

No todo debe cambiar, pero sí­ todo debe moverse. Aunque no sepamos por qué, o nos disguste.

Pero he aquí­ que cuando todo se mueve algo cambia.
Si algo se mueve: cambia de posición.
Si algo se agranda o achica: cambia de tamaño.
Si alguien se va o se queda: cambia de idea.

De modo que debemos corregir eso que afirmamos antes.

Todo cambia. Igual que en las escaleras mecánicas. Si queremos permanecer en el mismo lugar, debemos caminar en dirección contraria tan rápido como se mueva la escalera, sino ella nos lleva.

Igual que cuando repetimos una palabra, muchas veces, cien veces: en algún momento la palabra ya no nos suena igual o nos parecerá que perdió su significado.
Y lo único que hicimos fue repetirla.

Porque todo en el universo se mueve, de modo que hasta para permanecer iguales debemos movernos.

Dios es grande, mucho mucho más grande que las cosas que creó. Y luego esas cosas se pusieron en movimiento.
Y él es tan pero tanto más grande que no alcanza a ver los detalles, ni a responder todas las preguntas.
A eso, a otras cosas más también, pero a eso: lo llamamos misterio.

El universo está lleno de misterios, algunos que ni siquiera imaginamos, y otros que somos nosotros quienes debemos buscarle respuestas o al menos aprender cómo lidiar con ellos.

Miguel se pregunta: ¿qué debo hacer para que el corazón de Anna se quede cerca mí­o?
Olinka se pregunta: ¿qué debo hacer para que el corazón de Martí­n siga con el mí­o?
Gabriel se pregunta: ¿cómo haré para que mi corazón quiera seguir al lado del corazón de Muriel? Laura se hace la misma pregunta, pues ha notado que su corazón se aleja del corazón de Daniel. Y Augusto se pregunta cómo hacer para que el corazón de Frida quiera acercarse a su corazón, que es la misma pregunta que Anabella se hace por el corazón de Adrián.

Todo podrí­a haber sido perfecto y quieto; pero Dios no creó a cada corazón en su lugar o, tal vez, creó más de un lugar para cada cosa, y por ello todo se mueve.

Todos los corazones son viajeros.
Y hasta quienes parecen haber decidido no hacer ningún viaje, permanecer siempre iguales o siempre en el mismo lugar: son viajeros. Igual que en las escaleras mecánicas.

martes, 31 de julio de 2012

The Usefulness of Useless Knowledge

The Usefulness of Useless Knowledge

by Maria Popova

“The real enemy is the man who tries to mold the human spirit so that it will not dare to spread its wings.”

In an age obsessed with practicality, productivity, and efficiency, I frequently worry that we are leaving little room for abstract knowledge and for the kind of curiosity that invites just enough serendipity to allow for the discovery of ideas we didn’t know we were interested in until we are, ideas that we may later transform into new combinations with applications both practical and metaphysical.

This concern, it turns out, is hardly new. In The Usefulness of Useless Knowledge (PDF), originally published in the October 1939 issue of Harper’s, American educator Abraham Flexner explores this dangerous tendency to forgo pure curiosity in favor of pragmatism — in science, in education, and in human thought at large — to deliver a poignant critique of the motives encouraged in young minds, contrasting those with the drivers that motivated some of history’s most landmark discoveries.

We hear it said with tiresome iteration that ours is a materialistic age, the main concern of which should be the wider distribution of material goods and worldly opportunities. The justified outcry of those who through no fault of their own are deprived of opportunity and a fair share of worldly goods therefore diverts an increasing number of students from the studies which their fathers pursued to the equally important and no less urgent study of social, economic, and governmental problems. I have no quarrel with this tendency. The world in which we live is the only world about which our senses can testify. Unless it is made a better world, a fairer world, millions will continue to go to their graves silent, saddened, and embittered. I have myself spent many years pleading that our schools should become more acutely aware of the world in which their pupils and students are destined to pass their lives. Now I sometimes wonder whether that current has not become too strong and whether there would be sufficient opportunity for a full life if the world were emptied of some of the useless things that give it spiritual significance; in other words, whether our conception of what .is useful may not have become too narrow to be adequate to the roaming and capricious possibilities of the human spirit.

Flexner goes on to explore the question from two points of view — the scientific and the humanistic, or spiritual — and recounts a conversation with legendary entrepreneur and Kodak founder George Eastman, in which the two debate who “the most useful worker in science in the world” is. Eastman points to radio pioneer Guglielmo Marconi, but Flexner stumps Eastman by arguing that, despite his invention, Marconi’s impact on improving human life was “practically negligible.” His explanation bespeaks a familiar subject —combinatorial creativity and the additive nature of invention:

Mr. Eastman, Marconi was inevitable. The real credit for everything that has been done in the field of wireless belongs, as far as such fundamental credit can be definitely assigned to anyone, to Professor Clerk Maxwell, who in 1865 carried out certain abstruse and remote calculations in the field of magnetism and electricity…. Other discoveries supplemented Maxwell’s theoretical work during the next fifteen years. Finally in 1887 and 1888 the scientific problem still remaining — the detection and demonstration of the electromagnetic waves which are the carriers of wireless signals — was solved by Heinrich Hertz, a worker in Helmholtz’s laboratory in Berlin. Neither Maxwell nor Hertz had any concern about the utility of their work; no such thought ever entered their minds. They had no practical objective. The inventor in the legal sense was of course Marconi, but what did Marconi invent? Merely the last technical detail, mainly the now obsolete receiving device called coherer, almost universally discarded.

Hertz and Maxwell could invent nothing, but it was their useless theoretical work which was seized upon by a clever technician and which has created new means for communication, utility, and amusement by which men whose merits are relatively slight have obtained fame and earned millions. Who were the useful men? Not Marconi, but Clerk Maxwell and Heinrich Hertz. Hertz and Maxwell were geniuses without thought of use. Marconi was a clever inventor with no thought but use.

Flexner goes on to contend that the work of Hertz and Maxwell is exemplary of the motives underpinning all instances of monumental scientific discovery, bringing to mind Richard Feynman’s timeless wisdom.

[Hertz and Maxwell] had done their work without thought of use and that throughout the whole history of science most of the really great discoveries which had
ultimately proved to be beneficial to mankind had been made by men and women who were driven not by the desire to be useful but merely the desire to satisfy their curiosity.

Upon Eastman’s surprise, Flexner defends the idea of curiosity as a guiding principle in science and innovation:

Curiosity, which may or may not eventuate in something useful, is probably the outstanding characteristic of modern thinking. It is not new. It goes back to Galileo, Bacon, and to Sir Isaac Newton, and it must be absolutely unhampered. Institutions of learning should be devoted to the cultivation of curiosity and the less they are deflected by considerations of immediacy of application, the more likely they are to contribute not only to human welfare but to the equally important satisfaction of intellectual interest which may indeed be said to have become the ruling passion of intellectual life in modern times.

This lament, alas, is timelier than ever. As Columbia biological sciences professor Stuart Firestein reminds us in the excellent Ignorance: How It Drives Science, grant applications for scientific research are now routinely denied on the grounds of being “curiosity-driven” — a term used in a pejorative sense whereas, ironically, it should describe the highest aspiration of science, something many a great scientist can speak to.

Flexner goes on to give several more examples, pointing to the work of Einstein, Faraday, Gauss, and other legendary scientists, then sums it all up with a thoughtful disclaimer:

I am not for a moment suggesting that everything that goes on in laboratories will ultimately turn to some unexpected practical use or that an ultimate practical use is its actual justification. Much more am I pleading for the abolition of the word ‘use,’ and for the freeing of the human spirit. To be sure, we shall thus
free some harmless cranks. To be sure, we shall thus waste some precious dollars. But what is infinitely more important is that we shall be striking the shackles off the human mind and setting it free for the adventures which in our own day have, on the one hand, taken Hale and Rutherford and Einstein and their peers millions upon millions of miles into the uttermost realms of space and, on the other, loosed the boundless energy imprisoned in the atom. What Rutherford and others like Bohr and Millikan have done out of sheer curiosity in the effort to understand the construction of the atom has released forces which may transform human life; but this ultimate and unforeseen and unpredictable practical result is not offered as a justification for Rutherford or Einstein or Millikan or Bohr or any of their peers.

Further:

With the rapid accumulation of ‘useless’ or theoretic knowledge a situation has been created in which it has become increasingly possible to attack practical
problems in a scientific spirit. Not only inventors, but ‘pure’ scientists have indulged in this sport. I have mentioned Marconi, an inventor, who, while a benefactor to the human race, as a matter of fact merely ‘picked other men’s brains.’ Edison belongs to the same category.

[…]

Ehrlich, fundamentally speculative in his curiosity, turned fiercely upon the problem of syphilis and doggedly pursued it until a solution of immediate practical use — the discovery of salvarsan — was found. The discoveries of insulin by Banting for use in diabetes and of liver extract by Minot and Whipple for use in pernicious anemia belong in the same category: both were made by thoroughly scientific men, who realized that much ‘useless’ knowledge had been piled up by men unconcerned with its practical bearings, but that the time was now ripe to raise practical questions in a scientific manner.

Flexner sums up the idea that, as Steve Jobs famously observed, “creativity is just connecting things” and, as Mark Twain put it, “all ideas are second-hand” in this beautiful articulation, adding to history’s greatest definitions of science:

Thus it becomes obvious that one must be wary in attributing scientific discovery wholly to anyone person. Almost every discovery has a long and precarious history. Someone finds a bit here, another a bit there. A third step succeeds later and thus onward till a genius pieces the bits together and makes the decisive contribution. Science, like the Mississippi, begins in a tiny rivulet in the distant forest. Gradually other streams swell its volume. And the roaring river that bursts the dikes is formed from countless sources.

He extends this into a vision for the future of education, touching on points we’ve more recently seen made by contemporary education reform thinkers likeSir Ken Robinson and John Seely Brown:

Over a period of one or two hundred years the contributions of professional schools to their respective activities will probably be found to lie, not so much in the training of men who may to-morrow become practical engineers or practical lawyers or practical doctors, but rather in the fact that even in the pursuit of strictly practical aims an enormous amount of apparently useless activity goes on. Out of this useless activity there come discoveries which may well prove of infinitely more importance to the human mind and to the human spirit than the accomplishment of the useful ends for which the schools were founded.

The prescience of Flexner’s insights on education continues, eventually circling back to the whole of the human condition:

The subject which I am discussing has at this moment a peculiar poignancy. In certain large areas — Germany and Italy especially — the effort is now being
made to clamp down the freedom of the human spirit. Universities have been so reorganized that they have become tools of those who believe in a special political, economic, or racial creed. Now and then a thoughtless individual in one of the few democracies left in this world will even question the fundamental importance of absolutely untrammeled academic freedom. The real enemy of the human race is not the fearless and irresponsible thinker, be he right or wrong. The real enemy is the man who tries to mold the human spirit so that it will not dare to spread its wings, as its wings were once spread in Italy and Germany, as well as in Great Britain
and the United States.

[…]

Justification of spiritual freedom goes, however, much farther than originality whether in the realm of science or humanism, for it implies tolerance throughout the range of human dissimilarities. In the face of the history of the human race what can be more silly or ridiculous than likes or dislikes founded upon race or religion? Does humanity want symphonies and paintings and profound scientific truth, or does it want Christian symphonies, Christian paintings, Christian science, or Jewish symphonies, Jewish paintings, Jewish science, or Mohammedan or Egyptian or Japanese or Chinese or American or German or Russian or Communist or Conservative contributions to and expressions of the infinite richness of the human soul?

For more of Flexner’s timeless, timelier than ever insights on education and the human spirit, see Iconoclast: Abraham Flexner and a Life in Learning.

La mala racha - Eduardo Galeano - Joan Manuel Serrat

 

Mientras dura la mala racha
se me cae todo
de los bolsillos
y la memoria.

Mientras dura la mala racha
pierdo las llaves,
los documentos,
el tren y el rumbo
tal como si
tuviese al mundo
en contra de mí.

Mientras dura la mala racha...
Tropiezo con
mi propio pie,
me llueve sal
si tengo sed.

Mientras dura la mala racha
todo lo mezclo,
todo lo enredo,
todo lo rompo.

Mientras dura la mala racha
olvido nombres,
confundo caras
y tengo dudas
si eso será
tan solo pura
casualidad.

Mientras dura la mala racha...

O alguien que no
me quiere bien.
Maldito quien
me maldijo.

Mientras dura la mala racha,
dame cobijo.

Secreta mujer - Letra de Eduardo Galeano y Joan Manuel Serrat - Música de Joan Manuel Serrat

 

En El libro de los abrazos, uno de los libros más exitosos y logrados de Galeano, está contenido un pequeño relato titulado "La noche". Este relato dividido en cuatro partes sirvió de inspiración a Serrat para su canción "Secreta mujer" que formó parte del álbum Sombras de la China (1998):

LA NOCHE / 1
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.

LA NOCHE / 2
Arránqueme, Señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.

LA NOCHE / 3
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.

LA NOCHE / 4
Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.

La letra de la canción de Serrat queda así:

No puedo dormir.

No puedo dormir.

Atravesada entre los párpados

tengo una mujer,

secreta mujer

tan sol y tan luna

que abre mis ojos y me obliga a ver

mi desventura y mi fortuna.

Y no me deja dormir

esa mujer,

esa secreta mujer.

Arránqueme, señora, las ropas.

Desnúdeme.

Arránqueme, señora, las dudas.

Desdúdeme.

Arránqueme, señora, las ropas y las dudas.

Desnúdeme. Desdúdeme.

Secreta mujer.

Secreta mujer.

Atravesada entre mis párpados

le quiero decir,

le quiero pedir

que me deje, que se vaya.

Pero no puedo hablar a mi pesar.

Atravesada en la garganta,

me atormenta una mujer

esa mujer,

esa secreta mujer.

Arránqueme, señora, las ropas.

Desnúdeme.

Arránqueme, señora, las dudas.

Desdúdeme.

Arránqueme, señora, las ropas y las dudas.

Desnúdeme. Desdúdeme.

sábado, 28 de julio de 2012

Spinetta, El Video (1986)

 

Spinetta íntimo. Entrevista, 2010

 

El futuro, la vida, el pasado, la familia, la música, la comida, la tecnología, su ropa, su casa, el hombre, la historia, la política y los políticos. Sus ruidos musicales.

“Creo que mi vida es muy valiosa.”

“Hoy es la mejor época para vivir. Mañana es mejor.”

“Uno tiene más miedo a sufrir que a morir. No sabe qué es morir.”

 

1992 - Parece Que Fue Ayer - Luis Alberto Spinetta

 

“Yo no creo en la historia de ir al Cielo porque me haya portado bien. Yo creo que uno va al Cielo por algo que  lleva adentro, por una vibración. Y que todos vamos al Cielo. El Cielo no es solamente para los buenos.”

lunes, 9 de julio de 2012

Jorge Luis Borges–Precursor de Internet

La comunidad científica lo menciona como precursor, entre otros autores, de la literatura hipertextual. Los enlaces borgianos conforman en la literatura un avance multilineal, pero "organizado alrededor de las formas filosóficas tradicionales del argumento lineal (Piscitelli, 2002, 33). Porque si el pensamiento científico es irremediablemente lineal, cada uno de nosotros tiene un día a día de zapping mental, de pensamientos hipertextuales.
Borges hacía "literaruta". No es un error tipográfico, sino una ruta guiada de literaturas. Parte de su complejidad se la debemos atribuir a sus hiperenlaces narrativo, producto de un enorme bagaje literario cultivado desde su infancia y de una imaginación única de universos interrelacionados.
(...)Theodor Nelson fue quien acuñó la expresión hipertexto, en 1981. Se refería a una escritura no secuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector elija y que se lea mejor en una pantalla interactiva. De acuerdo con la noción popular, se trata de una serie de bloques de texto conectados entre sí por nexos, que forman diferentes itinerarios para el usuario. Con Internet esta noción se volvió vulgar. Hipertexto es cada enlace que escogemos en nuestra pantalla y que casi siempre nos conduce a rutas de navegación desconocidas y a contenidos no lineales al texto inicial. Esto convierte al internauta en protagonista y autor de su propia narración, dejando de ser sólo espectador, resignificando los contenidos.
Uno de los principales teóricos del hipertexto, George Landow decía:
"Abrir el texto introduce necesariamente otras voces, otros puntos de vista, y el texto encarna ahora múltiples puntos de vista. Los vínculos electrónicos conducen casi inevitablemente a la mezcla de modos y géneros, un factor tal vez más importante en los hipertextos educativos y de ficción. Hipertextualizar un texto no produce un libro electrónico, sino una biblioteca electrónica en miniatura. (Nunberg, 1998: 231)
Borges cultivaba el hipertexto y la profundidad narrativa. La versatilidad era su principal virtud, pero se necesita un lector comprometido, que se concentre en la obra. No es ver televisión en el sofá, ni leer un éxito de verano en la playa.
El ejemplo más representativo de lectura y narración (y su consecuente lectura) hipertextual es preciosamente "EL JARDIN DE SENDEROS QUE SE BIFURCAN" (Ficciones, 1944). "El tiempo se bifurca perpetuamente hacia innumerables futuros", dice el autor.
El libro escrito por un tal Ts'ui Pen era el jardín de senderos que se bifurcan.
"Tsíui Pen diría una vez: Me retiro a escribir un libro. Y otra: Me retiro a construir un laberinto. Todos imaginaron dos obras; nadie pensó que libro y laberinto eran un solo objeto. El Pabellón de la límpida soledad se erguía en el centro de un jardín tal vez intrincado; el hecho puede haber sugerido a los hombres un laberinto físico"
"En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts'ui Pen, opta -simultáneamente-por todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también prolifera y se bifurcan.
Bifurcación es sinónimo de hipertexto. Si pensamos nuestra cotidiana forma de navegar por la red veremos un recorrido semejante al cuento. La obra de Ts'ui Pen fue juzgada, en esta ficción, como incomprensible. Pero no se sabía que precisamente en su obra estaba construyendo un laberinto. Y allí está, precisamente, el significado de la obra.
De "Ficciones" -junto a "El Aleph", su libro de cuentos más popular- también es LA BIBLIOTECA DE BABEL.
Aquí vemos la obra más significativa del universo borgiano. Pero a la vez estaba narrando un constructo semejante, idéntico diría, al que hoy conforma Internet. Como un diseñador del futuro, un astrólogo o un mago chino, Borges pensó a Internet. Porque su Biblioteca es el destino final de Internet y ya casi su presente. Sólo que es la pensó hace 60 años.
Vale decir que existen miles de rutas apropiadas para asociar a Borges con hipertexto, porque su propia forma de narrar nos invita siempre a otros mundos, a saltos, a interrupciones en el argumento principal. Nos invita a recorrer su erudición de caminos alternativos. Un profesor de literatura de la universidad nos decía que a Borges había que leerlo siempre con una Enciclopedia Británica al lado. Agrego; hoy debemos leerlo muy cerca de un ordenador conectado a Internet.

(Fragmento de “Borges y el hipertexto. Internet: La nueva Biblioteca de Babel”, Por Hugo Pardo Kuklinski)
Bibliografía del artículo:
http://weblog.educ.ar/educacion-tics/archives/000847.php
MALDONADO, Tomás. 1998. Crítica de la razón informática. Editorial Paidós. Barcelona.
NUNBERG, Georffrey. (Comp.) 1998. El futuro del libro. Editorial Paidós. Barcelona.
Landow, George P. (compilador) 1997. Teoría del hipertexto. Editorial Paidós. Barcelona.
WOLTON, Dominique. 2000. Sobrevivir a Internet, Conversaciones con Olivier Jay. Gedisa Editorial, Colección El mamífero parlante. Barcelona.


Ver también: http://portal.educ.ar/debates/educacionytic/nuevos-alfabetismos/borges-y-el-hipertexto-internet-la-nueva-biblioteca-de-babel.php

sábado, 12 de mayo de 2012

La educación que tenemos roba a los jóvenes la conciencia, el tiempo y la vida

Entrevista a Claudio Naranjo, psiquiatra chileno
28/02/2011 - Autor: Alberto D. Fraile Oliver - Fuente: Fundación Claudio Naranjo


Claudio Naranjo.

Claudio Naranjo.

Cuando uno escucha a este psiquiatra chileno de 75 años da la sensación de estar frente al Jean-Jacques Rousseau de nuestro tiempo.

Cuenta que estaba bastante dormido hasta que en los años 60 se fue a vivir a EE.UU., allí fue discípulo de Fritz Perls, uno de los grandes terapeutas del siglo XX y formó parte del equipo del Instituto Esalen en California. Allí tuvo grandes experiencias en el mundo terapéutico y en el mundo espiritual. Contactó con el sufismo y se convirtió en uno de los introductores de Eneagrama en occidente. También bebió del budismo tibetano y el zen.

Claudio Naranjo ha dedicado su vida a la investigación y a la docencia en Universidades como Hardvard y Berkeley. Ha fundado el programa SAT, una integración de la terapia Gestalt, el Eneagrama y la Meditación para enriquecer la formación de profesores. En este momento está lanzando un aviso muy contundente: o cambiamos la educación o este mundo se va a pique.

-Dices que para cambiar el mundo hay que cambiar la educación ¿cuál es la problemática de la educación y cuál es tu propuesta?

-La problemática en la educación no es de ninguna manera la que a los educadores les parece que es. Creen que los estudiantes ya no quieren lo que se les ofrece. A la gente se le quiere forzar a una educación irrelevante y se defiende con trastornos de la atención, con desmotivación. Yo pienso que la educación no está al servicio de la evolución humana sino de la producción o más bien de la socialización. Esta educación sirve para domesticar a la gente de generación en generación para que sigan siendo unos corderitos manipulables por los medios de comunicación. Esto es socialmente un gran daño. Se quiere usar la educación como una manera de meter en la cabeza de la gente una manera de ver las cosas que le conviene al sistema, a la burocracia. Nuestra mayor necesidad es la de una educación para evolucionar, para que la gente sea lo que podría ser.

La crisis de la educación no es una crisis más entre las muchas crisis que tenemos, sino que la educación está en el centro del problema. El mundo está en una crisis profunda porque no tenemos una educación para la conciencia. Tenemos una educación que en cierto modo le está robando a la gente su conciencia, su tiempo y su vida.

El modelo de desarrollo económico de hoy ha eclipsado el desarrollo de la persona.

-¿Cómo sería una educación para que seamos seres completos?

-La educación enseña a la gente a pasar exámenes, no a pensar por si misma. En un examen no se mide la comprensión, se mide la capacidad de repetir. ¡Es ridículo, se pierde una cantidad tan grande de energía! En lugar de una educación para la información, se necesitaría una educación que se ocupe del aspecto emocional y una educación de la mente profunda. A mi me parece que estamos presos entre una alternativa idiota, que es la educación laica y una educación autoritaria que es la educación religiosa tradicional. Está bien separar Estado e Iglesia pero, por ejemplo en España, han echado por la borda el espíritu como si religión y espíritu fueran la misma cosa. Necesitamos que la educación atienda también a la mente profunda.

-¿Cuándo hablas de espiritualidad y de mente profunda a qué te refieres exactamente?

-Tiene que ver con la conciencia misma. Tiene que ver con aquella parte de la mente de la que depende el sentido de la vida. Se está educando a la gente sin ese sentido. Tampoco es la educación de valores porque la educación de valores es demasiado retórica e intelectual. Los valores deberían ser cultivados a través de un proceso de transformación de la persona y esta transformación está muy lejos de la educación actual.

La educación también tiene que incluir un aspecto terapéutico. Desarrollarse como persona no se puede separar del crecimiento emocional. Los jóvenes están muy dañados afectiva y emocionalmente por el hecho de que el mercado laboral se traga a los padres y ya no tienen disponibilidad para los hijos. Hay mucha carencia amorosa y muchos desequilibrios en los niños. No puede aprender intelectualmente una persona que está dañada emocionalmente.

Lo terapéutico tiene mucho que ver con devolverle a la persona la libertad, la espontaneidad y la capacidad de conocer sus propios deseos. El mundo civilizado es un mundo domesticado y la enseñanza y la crianza son instrumentos de esa domesticación. Tenemos una civilización enferma, los artistas se dieron cuenta hace mucho tiempo y ahora cada vez más los pensadores.

-A la educación parece solo interesarle desarrollar la parte racional de la gente ¿Qué otras cosas podrían desarrollarse?

-Yo pongo énfasis en que somos seres con tres cerebros: tenemos cabeza (cerebro intelectual), corazón (cerebro emocional) y tripas (cerebro visceral o instintivo). La civilización está íntimamente ligada por la toma de poder por el cerebro racional. Con el momento en que los hombres predominaron en el dominio político, unos 6000 años atrás, se instaura esto que llamamos civilización. Y no es solamente el dominio masculino ni el dominio de la razón sino también de la razón instrumental y práctica, que se asocia con la tecnología; es este predominio de la razón instrumental sobre el afecto y sobre la sabiduría instintiva lo que nos tiene tan empobrecidos. La plenitud la puede vivir sólo una persona que tiene sus tres cerebros en orden y coordinados. Desde mi punto de vista necesitamos una educación para seres tri-cerebrados. Una educación que se podría llamar holística o integral. Si vamos a educar a toda la persona, hemos de tener en cuenta que la persona no es solo razón.

Al sistema le conviene que uno no esté tanto en contacto consigo mismo ni que piense por sí mismo. Por mucho que se levante la bandera de la democracia, se le tiene mucho miedo a que la gente tenga voz y tenga conciencia.
La clase política no está dispuesta a apostar por la educación.

-La educación nos sumerge en un mar de conceptos que nos separan de la realidad y nos aprisiona en nuestra propia mente ¿Cómo se puede salir de esa prisión?
-Es una gran pregunta y es una pregunta necesaria en el mundo educacional. La idea de que lo conceptual sea una prisión requiere una cierta experiencia de que la vida es más que eso. Para uno que ya tiene el interés en salir de la prisión de lo intelectual, es muy importante la disciplina de detener la mente, la disciplina del silencio, como se practica en todas las tradiciones espirituales: cristianismo, budismo, yoga, chamanismo… Parar los diálogos internos en todas las tradiciones de desarrollo humano ha sido visto como algo muy importante. La persona necesita alimentarse de otra cosa que conceptos. La educación quiere encerrar a la persona en un lugar donde se la somete a una educación conceptual forzada, como si no hubiera otra cosa en la vida. Es muy importante, por ejemplo, la belleza. La capacidad de reverencia, de asombro, de veneración, de devoción. No tiene que ver necesariamente con una religión o con un sistema de creencias. Es una parte importante de la vida interior que se está perdiendo de la misma manera en que se están perdiendo los espacios bellos de la superficie de la Tierra, a medida que se construye y se urbaniza.

-Precisamente quería preguntarte tu opinión sobre la crisis ecológica que vivimos.

-Es una crisis muy evidente, es la amenaza más tangible de todas. Se puede prever fácilmente que con el calentamiento de la Tierra, con el envenenamiento de los océanos y otros desastres que están pasando, no vamos a poder sobrevivir tantas personas como las que somos ahora.

Estamos viviendo gracias al petróleo y consumimos más recursos de los que la tierra produce. Es una cuenta atrás. Cuando se nos acabe el combustible será un desastre para el mundo tecnológico que tenemos.

La gente a la que llamamos más primitiva como los indígenas tienen una forma de tratar a la naturaleza que no viene del sentido utilitario. En la ecología como en la economía y otras cosas, hemos querido prescindir de la conciencia y funcionar sólo con argumentos racionales y eso nos está llevando al desastre. La crisis ecológica sólo puede pararse con un cambio de corazón, verdadera transformación, que sólo la puede dar un proceso educativo. Por eso no tengo mucha fe ni en las terapias ni en las religiones. Solo una educación holística podría prevenir el deterioro de la mente y del planeta.

-¿Podríamos decir que has encontrado un equilibrio en tu vida a esas alturas?

-Yo diría que cada vez más, aunque no he terminado el viaje. Soy una persona que tiene mucha satisfacción, la satisfacción de estar ayudando al mundo en el que estoy. Vivo feliz, si se puede ser feliz en esa situación trágica en la que estamos todos.

-Desde tu experiencia, tu trayectoria y tu madurez, ¿cómo procesas el hecho de la muerte?

-En todas las tradiciones espirituales se aconseja vivir con la muerte al lado. Hay que hacerse a esa evidencia de que somos mortales y creo que el que toma la muerte en serio no será tan vano. No tienes tanto miedo a cosas pequeñas cuando hay una cosa grande de la cual preocuparte más. Yo creo que la muerte sólo puede superarla uno que en cierto modo muere antes de morir. Uno tiene que morir a la parte mortal, a la parte intrascendente. Los que tienen suficiente tiempo y vocación y que llegan suficientemente lejos en este viaje interior se encuentran tarde o temprano con su verdadero ser. Y ese ser interior o ese ser lo que uno es, es algo que no tiene tiempo y que le da a una persona una cierta paz o un sentido de invulnerabilidad. Estamos muy absortos en nuestra vida cotidiana, en nuestros pensamientos de alegría, tristeza, etc… No estamos en nosotros, no estamos atentos a quien somos. Para eso necesitamos estar muy en sintonía a nuestra experiencia del momento. Esta es la condición humana, estamos viviendo hacia el pasado y el futuro, el aspecto horizontal de nuestra vida. Pero poco atentos a la dimensión vertical de nuestra vida, el aspecto más alto y más profundo, eso es el espíritu y es nuestro ser y la llave para acceder es el aquí y ahora.

A veces vamos en busca del ser y a veces nos confundimos en la búsqueda de otras cosas menos importantes como la gloria.
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Más información sobre Claudio Naranjo en
http://www.fundacionclaudionaranjo.com

domingo, 6 de mayo de 2012

Ausencias y presencias

A veces, las ausencias, ayudan a valorar y empezar a añorar las presencias que vendrán. Y eso es bueno.

Presencias, que a veces, triste, lamentable o negligentemente, no vuelven a ocurrir. Pero todos nosotros, lo sabemos. No vamos a cometer ese error.

Federico Peralta Ramos, en los 70, fue un personaje delirante y relativamente famoso, sobre todo gracias al gran Tato. Los que vivimos esa época, seguramente lo recordamos. Los más jóvenes, tendrán que buscarlo en Google o preguntarle a sus mayores.

En su delirante lenguaje, dijo un día: “Cuando voy a algún lugar y no estoy, no la paso bien. Si uno es uno, es todo más fácil. Yo voy por la vida haciendo de mí mismo.”. Nadie puede asegurar qué carajo quiso decir. A mí me dice, que uno es uno mismo, cuando está con los amigos. Y entonces cuando la pasa bien.

PS: off the record: el bueno de Federico no fue quién dijo esa frase … pero atribuirle a alguien conocido, las boludeces que a uno se le ocurren, hace que parezcan más importantes … o por lo menos, sirve para poder deslindar responsabilidades :o)

martes, 20 de marzo de 2012

Gente - Hamlet Lima Quintana

Hay gente que con solo decir una palabra
Enciende la ilusión y los rosales;
Que con solo sonreír entre los ojos
Nos invita a viajar por otras zonas,
Nos hace recorrer toda la magia.


Hay gente que con solo dar la mano
Rompe la soledad, pone la mesa,
Sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
Que con solo empuñar una guitarra
Hace una sinfonía de entrecasa.


Hay gente que con solo abrir la boca
Llega a todos los límites del alma,
Alimenta una flor, inventa sueños,
Hace cantar el vino en las tinajas
Y se queda después, como si nada.


Y uno se va de novio con la vida
Desterrando una muerte solitaria
Pues sabe que a la vuelta de la esquina
Hay gente que es así, tan necesaria.

sábado, 10 de marzo de 2012

Crease o no.

Los casilleros A y B, son exactamente del mismo color. SI tenés dudas, copiar la imagen completa en un editor de imágenes (ej.: Paint), y cortar y pegar en otro documento una parte de cada casillero.

 

pic.twitter.com/oIQbRMWr

miércoles, 7 de marzo de 2012

No te detengas - Walt Whitman (1819-1892)

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

Versión de: Leandro Wolfson