miércoles, 30 de mayo de 2018

Aborto es sinónimo de fracaso - Sarita Álvarez, Diego Padilla y Fernando P. Secin

De: https://www.lanacion.com.ar/2139067-aborto-es-sinonimo-de-fracaso

Tras haber escuchado diversos argumentos proaborto, más de mil profesionales de la salud de todo el país necesitamos expresar, sobre la base de la evidencia científica, que el proyecto de ley:

Primero, disfraza una ley para implementar el aborto legal haciendo creer que es una ley de despenalización. La legalización supone que el Estado garantice y financie el derecho a abortar (además de permitir un negocio millonario), mientras que la despenalización supone que el aborto quede sin ser penalizado en situaciones de excepción. El proyecto de ley supone aborto libre hasta la semana 14 y luego queda librado a la conciencia de la mujer hasta el noveno mes cuando estuviese en riesgo su salud física, psíquica (depresión, angustia) o social (abandono, trabajo) de la madre, lo que en la práctica se traduce en la continuidad del aborto libre. Incluso, niñas de 13-16 años no necesitan acompañamiento de sus padres.

Segundo, pretende instalar que la oposición al aborto es una cuestión religiosa, desconsiderando lo demostrado científicamente: que hay vida humana independiente desde la concepción. Atropella el derecho primero, que es el derecho a la vida. Acepta que podría haber vida humana luego de las primeras etapas de gestación, pero supone que bebés enfermos o discapacitados tienen menos derecho a vivir. Además de violar la Constitución, ¿pretende convertirnos en una sociedad eugenésica y discriminatoria?

Tercero, hace creer que el bebé que lleva una mujer en su útero es una parte más de su cuerpo, pudiendo hacer con él lo que quiera. Sin embargo, después del parto la mujer vuelve a ser como era antes del embarazo, no le falta ninguna "parte". De no haber "interrupciones", en la mayoría de los casos nacerá un ser humano (o más), diferente de la madre.

Cuarto: desprecia la maternidad y deshumaniza el embarazo al cosificar al niño y también a la madre, considerándola una "incubadora", sin tener en cuenta que intervienen los sistemas inmunológico, endócrino, circulatorio y psicológico en un complejo proceso, imposible para un aparato. El aborto no libera a la mujer de ser madre, la convierte en madre de un hijo muerto.

Quinto, difunde cifras exorbitantes, sobre la base de estudios con errores metodológicos. Intenta forzar la legalización por una falsa cantidad de casos. Con ese criterio, deberían legalizarse robos, asesinatos y otros delitos. Hace años, se legalizó el juego pretendiendo erradicar el juego "clandestino". Hoy, el país está plagado de casinos y bingos, sin embargo, el juego clandestino no fue erradicado.

Sexto, hace creer que el aborto va a solucionar la pobreza, la violencia hacia la mujer, el abuso, etc. No obstante, la solución para la mujer vulnerable jamás se resolverá matando al niño por nacer, sino resolviendo su situación de vulnerabilidad (educación, violencia, pobreza). Muerto el niño, seguirá teniendo los mismos problemas que la llevaron a abortar, sumados a los problemas psicofísicos relacionados con el aborto.

Séptimo, engaña al hacer creer que el aborto no tiene complicaciones. Oculta así maliciosamente los graves efectos adversos de las pastillas abortivas, como hemorragias masivas o retención de restos de bebé que necesitan resolución quirúrgica; cirugías con posibles complicaciones, incluso realizadas en condiciones higiénicas. Niega su severo trauma psicológico, que va desde ansiedad, depresión y adicciones hasta el suicidio.

Octavo, pretende instalar la muerte de niños por nacer "en defensa de la vida". El aborto es la primera causa de muerte infantil en el mundo.

Noveno, tergiversa los datos, transformando en prioridad sanitaria un tema que no lo es, con el consecuente desvío de recursos. El aborto (espontáneo y provocado) no figura entre las principales causas de muerte (lugar 40) de mujeres en edad fértil, ni de embarazadas (tercer lugar). Por coherencia, la salud pública debe direccionar los esfuerzos y los acotados recursos a las causas prevalentes: accidentes, cardiopatías, tumores. Trabajos científicos demuestran que la mortalidad materna no disminuye con el aborto legal, sino con mejoras en educación, acceso a la salud, saneamiento y agua potable.

Décimo, denigra la profesión médica. Provocar la muerte de un ser humano jamás constituirá un acto médico y viola el juramento que hacemos al graduarnos. Los médicos que se nieguen a realizar abortos ¿serán forzados a hacerlos?

Finalmente, dado que nos preocupa tanto la vida de la mujer, como la del bebé, afirmamos que el aborto, tanto legal como ilegal, lejos de solucionar los problemas esgrimidos, representa un fracaso para la medicina argentina y para nuestra sociedad.

Integrantes de Médicos por la Vida Argentina

jueves, 24 de mayo de 2018

Frases del día

“No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino.”

James Dean

“Que el hombre sepa que el hombre puede.”

Alfredo Barragán, líder de la Expedición Atlantis

miércoles, 9 de mayo de 2018

El dolor y la sabiduría - Miguel Wiñazki

De: https://www.clarin.com/opinion/dolor-sabiduria_0_SydP5EC6G.html

Escribió Esquilo: “…El dolor cae gota a gota sobre el corazón, hay dolores que no se pueden olvidar, que caen gota a gota y aún en nuestro sueño siguen horadando el corazón, y de pronto nos llega la sabiduría por la terrible gracia de Dios”. También escribió: “El que aprende debe sufrir”.

Es tremendo. La vida es tremenda. Nadie tiene el camino libre y sin obstáculos, salvo que transite su tiempo con inmensa superficialidad. La profundidad incluye aprender pero jamás sin padecer. La sabiduría no es gratuita y tampoco es simplemente erudición o enciclopedismo.

Pocos meses después del asesinato de John Kennedy, su hermano Robert Kennedy citaba esas líneas de Esquilo ante una multitud que lloraba. Se lo puede ver en un documental excepcional: “Bobby Kennedy for President”.

Poco después también a él lo asesinaban. ¿Tenía razón Esquilo? ¿O no es así? ¿O simplemente el dolor es inútil?

Sombras y luces

Hay una barbaridad que vemos cotidianamente; la devaluación de la vida, esa espantosa levedad para matar que parece extenderse. Un día matan a un colectivero por un boleto, otro día liquidan a un canillita, otro a una señora mayor, y otro hieren gravemente a una joven mujer policía durante la toma de un comisaría en San Justo. Todo por nada. Se mata por ignorancia, por locura, por castración cerebral inducida por drogas… El gran pecado argentino es la ignorancia por elección, cierta narcotización masiva acoplada a la ignorancia, una devastación que sin embargo no es dominante. Todavía hay más luces que sombras.

jueves, 3 de mayo de 2018

Algunas mentiras sobre el aborto - Por Miguel Ángel Schiavone

De: https://www.infobae.com/america/america-latina/2018/05/03/algunas-mentiras-sobre-el-aborto/

El autor de esta columna es especialista en Salud Pública (UBA) y Rector de la UCA

La formulación de políticas en Salud Pública se sustenta en tres pilaresfundamentales. El primero es el componente político, que define "qué hacer"; el segundo es el componente técnico, que establece el "cómo hacer", el tercero es el componente ético, que precisa los valores humanos que deben ser preservados. Los dos primeros requieren de una base de sustentación, que los nutren permanentemente, a saber: la información y las evidencias. Por eso, cuando analizamos la mortalidad materna, deberíamos hacerlo con cifras claras y comprobables, despejando sesgos ideológicos y factores de confusión.

Una de las grandes mentiras en el actual debate se refiere a la muerte de mujeres por aborto. La realidad es que en 2016 hubo 245 muertes maternas en nuestro país (muertes en situación de embarazo, parto o puerperio). De ellas 43 (17,5 %) fueron por aborto (sin distinguir entre los procurados y los espontáneos, ectópicos, sépticos, etc.). Pero el 82,5 % restante (202 mujeres) fue por causas obstétricas directas e indirectas (diabetes, hipertensión  y otras enfermedades previas de la mujer, hemorragias y otras complicaciones del embarazo y parto) ¿Quién se preocupa por estas otras 202 muertes?

Más aún teniendo en cuenta la responsabilidad que tiene el sistema de salud sobre ellas (falta de control del embarazo, maternidades inseguras por falta de sangre, de insumos, áreas quirúrgicas deficientes, incapacidad de resolver procedimientos anestésicos en un sistema de salud fragmentado, ineficiente e injusto) y también del Estado en su conjunto que no termina de resolver problemas de desnutrición en lugares abandonados del país.

En 2016 murieron 525 mujeres por deficiencias de la nutrición, algo que se resuelve con un medicamento muy barato: “alimentos”

Si hablamos de otras muertes no conectadas con el embarazo, en ese mismo 2016 murieron en Argentina 525 mujeres por deficiencias de la nutrición y anemias nutricionales. Y eso se resuelve con un medicamento muy barato: "alimentos".

Siguen en este repertorio de muertes femeninas 233 por tuberculosis, 194 por Chagas y ¡todavía 3 mujeres muertas por tétanos! (deis.msal.gov.ar). Con estos datos oficiales a mano, ¿no es evidente que la verdadera urgencia sanitaria son las 525 muertes de mujeres por  deficiente nutrición y anemia, más las 202 mujeres muertas por falta de control de su embarazo o falta de acceso a una atención medica segura, sin olvidarnos de las 430 fallecidas por enfermedades propias de la pobreza (TBC-Chagas- Tétanos)?

Argentina no tiene un sistema bien pensado de acompañamiento de los embarazos no deseados, de soluciones que no tienen por qué ser el aborto

Si quisiéramos pensar también en las 43 mujeres que mueren por aborto (muchas de ellas en abortos espontáneos o ectópicos), la mayoría de ellas pobres, no podemos ignorar que –con aborto o no– suelen llegar al parto en condiciones pésimas de salud y de nutrición, y eso se resuelve con atención médica y social durante el embarazo. Si consideramos que lo mejor es salvar las dos vidas, Argentina no tiene un sistema bien pensado de acompañamiento de los embarazos no deseados, de procura de soluciones que no tienen por qué ser el aborto, de facilitación de la adopción en esos casos, etc.

La otra falacia la constituye la afirmación de que con una ley de aborto no punible mejorará la tasa de mortalidad materna. Mire usted este hecho concreto: el aborto es legal en los Estados Unidos, desde 1973 y sin embargo, su tasa de mortalidad materna es de 26,5 por 100.000 (The Lancet 2017). Por el contrario Irlanda, en donde el aborto está prohibido, tiene una tasa mucho menor de mortalidad materna. Entonces no digamos que el aborto es la solución mágica. ¿Dónde está la diferencia? EEUU posee una medicina mercantilizada, alto gasto y sectores excluidos; mientras Irlanda presenta un Sistema Nacional de Salud público más integral, con mejores indicadores sanitarios. Nuevamente, las evidencias desmienten las afirmaciones ideológicas.

Este debate eclipsará la discusión de fondo sobre la pobreza y sus consecuencias, que afectan a un tercio de nuestra población

La legalización del aborto no reduce la mortalidad materna (E. Koch y otros). Probablemente contribuirá a reducir la mortalidad infantil porque los padres  seleccionarán los nacimientos, y seguramente hará que ya no haya niños down (todos serán abortados). Pero de lo que estamos seguros es que este debate eclipsará la discusión de fondo sobre la pobreza y sus consecuencias que, hoy por hoy, afectan a un tercio de nuestra población.

La pobreza es el mayor factor de riesgo de mortalidad materna

Las evidencias demuestran que la pobreza es el mayor factor de riesgo de mortalidad materna, el aborto es solo un factor de confusión. El problema es la pobreza, en cualquiera de sus expresiones: económica, social, educacional, de salud pública y también espiritual. Y eso incluye la falta de un acompañamiento integral a las mujeres pobres.

Los legisladores, y los factores de presión sobre ellos, están buscando una supuesta salida, rápida y fácil, en lugar de encarar los diversos y complejos aspectos de la cuestión, que requerirían más inteligencia, dedicación y generosidad.

“Miente miente que algo queda”

“Lenin decía: miente miente que algo queda”, habló el hombre.

Otro hombre tomó la palabra para contestar a otra pregunta y quiso mejorar la frase: “Para mentir y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”.

Y otro afirmó: “Lenin nunca dijo esa frase, amigo mío. Ese fue un dicho del Ministro de Propaganda del régimen nazi de Hitler”, agregó.

Según Iván Almeida, Doctor en Filosofía y profesor jubilado de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), los primeros rastros remontan al siglo I d.C.

“En el capítulo 4º del libro I de sus Obras morales y de costumbres, Plutarco la atribuye a Medion de Larisa, un ambiguo personaje que cinco siglos antes había sido consejero de Alejandro Magno”, escribe el profesor en una columna de El País: “Ordenaba a sus secuaces que sembraran confiadamente la calumnia, que mordieran con ella, diciéndoles que cuando la gente hubiera curado su llaga, siempre quedaría la cicatriz”.

La frase reaparece en el siglo XVII, ya macerada como un conocido proverbio. Así lo confirma Roger Bacon en su obra latina De la dignidad y el desarrollo de la ciencia: “Como suele decirse de la calumnia: calumnien con audacia, siempre algo queda”.

Un siglo más adelante, Rousseau pone en boca de un “famoso delator” lo siguiente: “Por más grosera que sea una mentira, señores, no teman, no dejen de calumniar. Aun después de que el acusado la haya desmentido, ya se habrá hecho la llaga, y aunque sanase, siempre quedará la cicatriz”.

Finalmente, entrado el siglo XIX, Casimir Delavigne, en Les enfants d’Edouard, da otro aire a la frase que había atravesado toda nuestra era: “Mientras más increíble es una calumnia, más memoria tienen los tontos para recordarla”.

Lo anterior puede argumentar que Goebbels no fue el inventor de la frase, sino que el depositario de la tradición. Alguien que se sirvió de ella para describir una maniobra enemiga.

En su artículo “De la fábrica de mentiras de Churchill” (1941) escribe: “Una vez proferida una mentira, (Churchill) sigue repitiéndola sin que nada ni nadie se lo pueda impedir, hasta que al final acaba él mismo creyéndola (…) El esencial secreto del liderazgo inglés no debe buscarse tanto en una inteligencia particularmente afilada sino, mucho más, en una estúpida y bochornosa tozudez. Los ingleses se rigen por el siguiente principio: ‘Cuando mientes, miente en grande y sobre todo persevera en la mentira’. Y así siguen mintiendo, aun a riesgo de volverse ridículos”.

Goebbels, que, como ministro de la propaganda nazi, fue un mentiroso a repetición, resulta no ser el autor de la frase. Sin embargo, es admirable la ironía que alcanzó la apócrifa expresión que hace que, quienes la repiten, ingenuamente —incluso en un debate presidencial—, la sigan cumpliendo.

martes, 1 de mayo de 2018

Fragmento de Little Gidding - T. S. Eliot


No cesaremos de explorar
y el fin de toda nuestra exploración
será llegar a donde partimos
y conocer ese lugar por primera vez.
A través de la puerta desconocida, no recordada
cuando lo último de la tierra por descubrir
sea lo mismo que era el comienzo.


Texto original

Little Gidding

I

T. S. Eliot PortraitMidwinter spring is its own season
Sempiternal though sodden towards sundown,
Suspended in time, between pole and tropic.
When the short day is brightest, with frost and fire,
The brief sun flames the ice, on pond and ditches,
In windless cold that is the heart's heat,
Reflecting in a watery mirror
A glare that is blindness in the early afternoon.
And glow more intense than blaze of branch, or brazier,
Stirs the dumb spirit: no wind, but pentecostal fire
In the dark time of the year. Between melting and freezing
The soul's sap quivers. There is no earth smell
Or smell of living thing. This is the spring time
But not in time's covenant. Now the hedgerow
Is blanched for an hour with transitory blossom
Of snow, a bloom more sudden
Than that of summer, neither budding nor fading,
Not in the scheme of generation.
Where is the summer, the unimaginable Zero summer?

If you came this way,
Taking the route you would be likely to take
From the place you would be likely to come from,
If you came this way in may time, you would find the hedges
White again, in May, with voluptuary sweetness.
It would be the same at the end of the journey,
If you came at night like a broken king,
If you came by day not knowing what you came for,
It would be the same, when you leave the rough road
And turn behind the pig-sty to the dull facade
And the tombstone. And what you thought you came for
Is only a shell, a husk of meaning
From which the purpose breaks only when it is fulfilled
If at all. Either you had no purpose
Or the purpose is beyond the end you figured
And is altered in fulfilment. There are other places
Which also are the world's end, some at the sea jaws,
Or over a dark lake, in a desert or a city--
But this is the nearest, in place and time,
Now and in England.

If you came this way,
Taking any route, starting from anywhere,
At any time or at any season,
It would always be the same: you would have to put off
Sense and notion. You are not here to verify,
Instruct yourself, or inform curiosity
Or carry report. You are here to kneel
Where prayer has been valid. And prayer is more
Than an order of words, the conscious occupation
Of the praying mind, or the sound of the voice praying.
And what the dead had no speech for, when living,
They can tell you, being dead: the communication
Of the dead is tongued with fire beyond the language of the living.
Here, the intersection of the timeless moment
Is England and nowhere. Never and always.

II

T. S. Eliot at his typewriterAsh on an old man's sleeve
Is all the ash the burnt roses leave.
Dust in the air suspended
Marks the place where a story ended.
Dust inbreathed was a house-
The walls, the wainscot and the mouse,
The death of hope and despair,
This is the death of air.

There are flood and drouth
Over the eyes and in the mouth,
Dead water and dead sand
Contending for the upper hand.
The parched eviscerate soil
Gapes at the vanity of toil,
Laughs without mirth.
This is the death of earth.

Water and fire succeed
The town, the pasture and the weed.
Water and fire deride
The sacrifice that we denied.
Water and fire shall rot
The marred foundations we forgot,
Of sanctuary and choir.
This is the death of water and fire.

In the uncertain hour before the morning
Near the ending of interminable night
At the recurrent end of the unending
After the dark dove with the flickering tongue
Had passed below the horizon of his homing
While the dead leaves still rattled on like tin
Over the asphalt where no other sound was
Between three districts whence the smoke arose
I met one walking, loitering and hurried
As if blown towards me like the metal leaves
Before the urban dawn wind unresisting.
And as I fixed upon the down-turned face
That pointed scrutiny with which we challenge
The first-met stranger in the waning dusk
I caught the sudden look of some dead master
Whom I had known, forgotten, half recalled
Both one and many; in the brown baked features
The eyes of a familiar compound ghost
Both intimate and unidentifiable.
So I assumed a double part, and cried
And heard another's voice cry: "What! are you here?"
Although we were not. I was still the same,
Knowing myself yet being someone other--
And he a face still forming; yet the words sufficed
To compel the recognition they preceded.
And so, compliant to the common wind,
Too strange to each other for misunderstanding,
In concord at this intersection time
Of meeting nowhere, no before and after,
We trod the pavement in a dead patrol.
I said: "The wonder that I feel is easy,
Yet ease is cause of wonder. Therefore speak:
I may not comprehend, may not remember."
And he: "I am not eager to rehearse
My thoughts and theory which you have forgotten.
These things have served their purpose: let them be.
So with your own, and pray they be forgiven
By others, as I pray you to forgive
Both bad and good. Last season's fruit is eaten
And the fullfed beast shall kick the empty pail.
For last year's words belong to last year's language
And next year's words await another voice.
But, as the passage now presents no hindrance
To the spirit unappeased and peregrine
Between two worlds become much like each other,
So I find words I never thought to speak
In streets I never thought I should revisit
When I left my body on a distant shore.
Since our concern was speech, and speech impelled us
To purify the dialect of the tribe
And urge the mind to aftersight and foresight,
Let me disclose the gifts reserved for age
To set a crown upon your lifetime's effort.
First, the cold fricton of expiring sense
Without enchantment, offering no promise
But bitter tastelessness of shadow fruit
As body and sould begin to fall asunder.
Second, the conscious impotence of rage
At human folly, and the laceration
Of laughter at what ceases to amuse.
And last, the rending pain of re-enactment
Of all that you have done, and been; the shame
Of things ill done and done to others' harm
Which once you took for exercise of virtue.
Then fools' approval stings, and honour stains.
From wrong to wrong the exasperated spirit
Proceeds, unless restored by that refining fire
Where you must move in measure, like a dancer."
The day was breaking. In the disfigured street
He left me, with a kind of valediction,
And faded on the blowing of the horn.

III

There are three conditions which often look alike
Yet differ completely, flourish in the same hedgerow:
Attachment to self and to things and to persons, detachment
From self and from things and from persons; and, growing between them, indifference
Which resembles the others as death resembles life,
Being between two lives - unflowering, between
The live and the dead nettle. This is the use of memory:
For liberation - not less of love but expanding
Of love beyond desire, and so liberation
From the future as well as the past. Thus, love of a country
Begins as an attachment to our own field of action
And comes to find that action of little importance
Though never indifferent. History may be servitude,
History may be freedom. See, now they vanish,
The faces and places, with the self which, as it could, loved them,
To become renewed, transfigured, in another pattern.
Sin is Behovely, but
All shall be well, and
All manner of thing shall be well.
If I think, again, of this place,
And of people, not wholly commendable,
Of not immediate kin or kindness,
But of some peculiar genius,
All touched by a common genius,
United in the strife which divided them;
If I think of a king at nightfall,
Of three men, and more, on the scaffold
And a few who died forgotten
In other places, here and abroad,
And of one who died blind and quiet,
Why should we celebrate
These dead men more than the dying?
It is not to ring the bell backward
Nor is it an incantation
To summon the spectre of a Rose.
We cannot revive old factions
We cannot restore old policies
Or follow an antique drum.
These men, and those who opposed them
And those whom they opposed
Accept the constitution of silence
And are folded in a single party.
Whatever we inherit from the fortunate
We have taken from the defeated
What they had to leave us - a symbol:
A symbol perfected in death.
And all shall be well and
All manner of thing shall be well
By the purification of the motive
In the ground of our beseeching.

IV

The dove descending breaks the air
With flame of incandescent terror
Of which the tongues declare
The one dischage from sin and error.
The only hope, or else despair
Lies in the choice of pyre of pyre-
To be redeemed from fire by fire.

Who then devised the torment? Love.
Love is the unfamiliar Name
Behind the hands that wove
The intolerable shirt of flame
Which human power cannot remove.
We only live, only suspire
Consumed by either fire or fire.

V

What we call the beginning is often the end
And to make and end is to make a beginning.
The end is where we start from. And every phrase
And sentence that is right (where every word is at home,
Taking its place to support the others,
The word neither diffident nor ostentatious,
An easy commerce of the old and the new,
The common word exact without vulgarity,
The formal word precise but not pedantic,
The complete consort dancing together)
Every phrase and every sentence is an end and a beginning,
Every poem an epitaph. And any action
Is a step to the block, to the fire, down the sea's throat
Or to an illegible stone: and that is where we start.
We die with the dying:
See, they depart, and we go with them.
We are born with the dead:
See, they return, and bring us with them.
The moment of the rose and the moment of the yew-tree
Are of equal duration. A people without history
Is not redeemed from time, for history is a pattern
Of timeless moments. So, while the light fails
On a winter's afternoon, in a secluded chapel
History is now and England.

With the drawing of this Love and the voice of this Calling

We shall not cease from exploration
And the end of all our exploring
Will be to arrive where we started
And know the place for the first time.
T. S. Eliot- 1955Through the unknown, unremembered gate
When the last of earth left to discover
Is that which was the beginning;

At the source of the longest river
The voice of the hidden waterfall
And the children in the apple-tree

Not known, because not looked for
But heard, half-heard, in the stillness
Between two waves of the sea.
Quick now, here, now, always--
A condition of complete simplicity
(Costing not less than everything)
And all shall be well and
All manner of thing shall be well
When the tongues of flames are in-folded
Into the crowned knot of fire
And the fire and the rose are one.

The Little Gidding is the last of T. S. Eliot's Four Quartets. For a good biographical site on Eliot and some analysis of his poetry, go to the Academy of American Poet's website.