sábado, 27 de agosto de 2011

La Balada del Boludo - Isidoro Blaisten - Gian Franco Pagliaro





 

Por mirar el otoño
perdía el tren del verano.
Usaba el corazón en la corbata.
Se subía a una nube,
cuando todos bajaban.

Su madre le decía:
No mires las estrellas para abajo,
no mires la lluvia desde arriba.
No camines las calles con la cara,
no ensucies la camisa;
no lleves tu corazón bajo la lluvia, que se moja.
No des la espalda al llanto,
no vayas vestido de ventana,
no compres ningún tílburi en desuso.

Mirá tu primo el recto
que duerme por las noches.
Mirá tu primo el justo
que almuerza y se sonríe.
Mirá tu primo el probo
puso un banco en el cielo.
Tu cuñado el astuto
que ahora alquila la lluvia.
Tu otro primo el sagaz
que es gerente en la luna.

—Tienes razón, mamá —dijo el boludo
y se bebió una rosa.
—No seré más boludo—
y se bajó del viento.
—Seré astuto y zahorí—
y dio vuelta una estrella para abajo
y se metió en el subte
y quedaron las gaviotas.

Entonces vinieron los parientes ricos
y le dijeron:
—Eres pobre, pero ningún boludo.
Y el boludo fue ningún boludo
y quemaba en las plazas
las hojas que molestan en otoño.
Y llegó fin de mes.
Cobró su primer sueldo
y se compró cinco minutos de boludo.

Entonces vinieron las fuerzas vivas
y le dijeron:
—Has vuelto a ser boludo, boludo.
—Seguirás siendo el mismo boludo de siempre.
—Debes dejar de ser boludo, boludo.

Y medio boludo,
con esos cinco minutos de boludo,
dudaba entre ser ningún boludo
o seguir siendo boludo para siempre.
Dudaba como un boludo.
Y subió las escaleras para abajo,
hizo un hoyo en la tierra
miraba las estrellas.
La gente le pisaba la cabeza,
le gritaba boludo.
Y él seguía mirando
a través de los zapatos
como un boludo.

Entonces vino un alegre y le dijo:
—Boludo alegre.
Vino un pobre y le dijo:
—Pobre boludo.
Vino un triste y le dijo:
—Triste boludo.
Vino un pastor protestante y le dijo:
—Reverendo boludo.
Vino un cura católico y le dijo:
—Sacrosanto boludo.
Vino un rabino judío y le dijo:
—Judío boludo.
Vino su madre y le dijo:
—Hijo, no seas boludo.
Vino una mujer de ojos azules y le dijo:
—Te quiero.

ISIDORO BLAISTEN

Isidoro Blaisten (1933 / 2004) nació en Concordia, Entre Ríos. Fue librero, redactor publicitario, colaboró en los diarios La Nación y Clarín, incursionó en la fotografía, pero en esencia fue un notable poeta y escritor.

La primera publicación fue el libro de poemas Sucedió en la lluvia(1965) y su primer cuento publicado El tío Facundo (1968), en la revista Sur.

Luego llegaron La felicidad (1969),La salvación (1972), Dublín al sur y otros relatos (1980), Cerrado pormelancolía (1981), Anticonferencias(1983), Cuentos anteriores (1984), A mí nunca me dejaban hablar (1985),Carroza y Reina (1986), El mago(1991), Cuando éramos felices(1992) y Al acecho (1995).

Alfaguara Juvenil lo incluyó en la antología Escritos de amor. Existe también una Antología Personal(1997) presentada por él mismo y publicada por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, trabajo que incluye algunos ensayos.

Sus cuentos figuran en numerosas antologías latinoamericanas. Ha sido traducido al inglés, alemán y francés. Recibió diversos premios: Fondo Nacional de las Artes, Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, Nacional de Literatura, Mejor Libro 1995, Konex y la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores.

Sus relatos costumbristas son verdaderas pinceladas de un artista que reúne personajes, a veces grotescos, de inconfundible cuño porteño, capaces de arrastrar a Buenos Aires e instalarlo en un castillo irlandés (Dublín al sur).

Ironía y humor en un lenguaje coloquial remiten a Cortázar, pero con un lunfardo que define su estilo personal. Divierte y conmueve, enlazando con rara habilidad el estrépito de la palabra con la ternura del mensaje (Balada del boludo).

Heredero de la tradición cuentística rioplatense, aseguraba poder justificar su vida escribiendo cinco cuentos perfectos, y definió al mismo como “aquel que permanece tocando el corazón de la gente más allá del entendimiento y la lucidez”. Él lo logró.

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