Nota: el artista plástico Alejandro Amaro es argentino, pero reside en Colombia.
“Me molestó que no se respetara el homenaje a Norberto”, dijo a 24CON Luciano Napolitano y acusó a la hermana del Carpo de lucrar con el dolor.
La Paternal, mítico barrio porteño recorrido diariamente por uno de los íconos más fuerte del rock nacional. Pappo vivía en La Paternal y allí pasaba sus días, ensayaba y tenía sus “fierros”. Unía en el local de la calle Remedios de Escalada al 2300 sus instrumentos y sus autos.
Tras su trágica muerte en 2005, el local se transformó en un lugar obligado a visitar por sus seguidores a tal punto que en enero de 2007 el artista plástico colombiano Alejandro Amaro pintó sobre su frente un mural en homenaje al músico y como demostración de devoción a sus canciones. El rostro del Carpo en primer plano daba lugar también a la imagen de su famosa guitarra Guibson Les Paul y a su mítico tren de las 16. Pero apenas unos años después de su inauguración, de la obra ya no queda nada.
El local fue alquilado a una familia china que instaló allí un supermercado y como parte de las remodelaciones tapó con pintura metálica casi todo el mural para allí mismo promocionar sus productos. “Los chinos no tienen la culpa porque no entendían nada”, explicó a 24CON Luciano Napolitano, hijo de Pappo, músico y guitarrista también. “la hermana de Norbeto alquiló el local sin aclarar en ningún lado que debían preservar tal homenaje. Los chinos sin saber nada ya que nunca le aclararon que no había que borrarlo, tomaron posesión del inmueble que alquilaron y sacaron el mural para pintar la cortina metalizada a su gusto”.
El barrio se quedó sin la obra de arte y los familiares y amigos se quedaron con el dolor de su ausencia: “Me molestó que no se respetara el homenaje a Norberto, como a todos lo que lo querían nos dio bronca lo que hicieron. Fue un error por parte de quienes le alquilaron el taller a los chinos. Pero no hay que perder tiempo en tratar de entender por qué lo borraron”, apuntó el líder de la banda Lovorne.
Aun cuando la desaparición del mural es el hecho más visible de la pérdida del patrimonio de Pappo, su hijo denunció además la desaparición de su sala de ensayo: “Es la última obra fruto del desvarío y la falta de cordura y respeto de una persona muy allegada a nuestro Inmortal Carpo. La misma que asumió el compromiso de preservar ese pedazo de historia donde funcionó la primera fábrica de calderas de Sudamérica, Napolitano Hermanos, fundada por el abuelo del Carpo y donde él había erigido su taller y su sala de ensayo. Aquellos que deberían preservar el lugar y la memoria. Lamentablemente han elegido hacer un beneficio inmobiliario para ellos mismos sin cumplir con el deber que tenían de preservar la obra e indirectamente la memoria del homenajeado que en este caso era mi viejo”.
“Realmente me siento francamente dolido, porque lo del taller es uno más de muchos hechos y actitudes que no me hubiera gustado que pasaran. Ese taller fue parte del principio de la historia de mi familia. También muchos objetos que eran de mi padre que la verdad no se qué destino se les dio. En aquel momento de dolor deberíamos habernos dado el tiempo para luego pensar que hacer con todo ello, pero lamentablemente no fue así”, expresó dolido Luciano y remarcó: “Si ese taller estuviese a mi nombre como legalmente tendría que serlo, hoy estaría el Museo Pappo y las cosas de mi viejo. Y como símbolo familiar, la máquina de cortar hierro de mi abuelo que es lo único que quedo de Calderas Napolitano y está en la sala de Lovorne, en Tigre, porque así lo quiso Norberto en vida”.
La desaparición del mural llegó a oídos del artista colombiano quién se contactó con los amigos de Pappo para ofrecerse a hacerlo de nuevo. La primera idea fue pintarlo en el muro de un colegio cercano, “el padre César, amigo de la familia, nos averiguó por una pared en el Colegio Cabrini, pero la verdad, no tenía las dimensiones esperadas y queríamos hacerlo de verdad, con seriedad y que a este mural nadie lo pudiera borrar”.
Luciano, entonces, se contactó con el área de cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y están coordinando al posibilidad de que el mural se reproduzca en la plaza Roque Saenz Peña, donde descansan los restos de Pappo. “Les pedimos también que se haga mantenimiento e iluminación del monumento, que el día de la inauguración se declare al diez de marzo como el Día del Guitarrista de Rock Nacional y que la plaza cambie de nombre a Plaza Pappo, para darle una mayor jerarquía al próximo mural con la importancia y el respeto que merece nuestro rey de la guitarra”, finalizó Luciano Napolitano.
17 de septiembre de 2011